martes, 5 de noviembre de 2013


LOS CELOS INFANTILES

¿Qué son los celos infantiles?

Los celos infantiles son un estado emocional caracterizado por el miedo a perder el cariño o la atención de alguien importante para el niño. Se trata de una emoción natural en ciertas edades, como reacción a una realidad nueva para el pequeño y suelen evolucionar favorablemente.

¿Cómo actúa el niño cuando tiene celos?

Algunas de las reacciones más frecuentes son:

- Tristeza e infelicidad. Aparece el llanto más a menudo en situaciones en las que antes no aparecía.

- Negativismo. Suele responder con un "no" ante propuestas que antes aceptaba con naturalidad.

- Lenguaje infantil: Cuando los celos son debidos a la presencia del hermano pequeño, el niño puede adquirir un lenguaje en el que imite al hermano.

- Conductas infantiles: El hermano mayor suele adoptar conductas que ve en su hermano mayor para recibir mayor atención: sentarse en la sillita del pequeño,  chuparse el dedo, requerir el biberón o chupete de nuevo, etc.

- Desequilibrio en la alimentación. En algunas ocasiones, el niño pierde el apetito y se niega a probar alimentos que antes comía con normalidad.

- Alteración del sueño. El niño puede dormir peor y, en ocasiones solicitar dormir en la cama de sus padres.

- Alteraciones en el estado de ánimo. Esto sucede sin causa aparente.

- Conductas desafiantes. En algunas ocasiones los niños que sienten celos pueden mostrarse desafiantes ante sus padres o cuidadores. Pueden llegar a aislarse incluso de sus iguales.


¿Cómo podemos favorecer la desaparición de los celos infantiles en la familia?

Estos consejos que os presentamos a continuación ayudarán a evitar la aparición de los celos o a que estas reacciones emocionales se mantengan a lo largo del tiempo:

1. Evitar dar demasiada importancia a las conductas celosas de los niños. No reaccionar de manera exagerada.

2. Tratar con atención y cariño de manera equitativa a los niños. Sin excesivas muestras de cariño pero demostrando el amor y protección hacia ellos.

3. Fomentar la colaboración de los niños en la familia: haciendo recados, colaborando en las tareas de la casa, etc.

4. Favorecer que los niños jueguen juntos. De esta manera aprenderán a respetarse y a colaborar.  Si ellos no saber hacerlo por sí mismos, jugaremos con ellos para que la armonía entre ellos sea cada vez mayor.

5. Educar a los hijos en el control de sus emociones: tolerar pequeñas frustraciones, alegrarse por la felicidad de los demás, etc.

5. Respetar el espacio individual y de juego de cada uno de los hijos.

6. Fomentar un clima de tranquilidad y protección en la familia.

7. Cuidar mucho el respeto de las normas de la casa por parte de todos los hermanos.

8. Ayudar a los hijos a expresar sus sentimientos y emociones con libertad.

¿Qué conductas de los adultos debemos evitar?

Podremos ayudar a que los celos infantiles desaparezcan, si evitamos algunas de las conductas que enumeramos a continuación:

1. Evitar las comparaciones entre hermanos.

2. A no ser que exista una agresión, no tomar partido en los conflictos de los hermanos. Enseñarles a que ellos mismos solucionen sus problemas.

3. No excedernos en las atenciones a los pequeños para fomentar su autonomía.

4. Evitar recompensar al "chivato".

5. Eliminar de nuestro vocabulario las descalificaciones.

6. Equiparar los privilegios que reciben todos los hermanos sin hacer distinciones.

7. No reírnos, burlarnos o hacer comentarios irónicos ante conductas inapropiadas de los niños.

8. Evitar que el hermano mayor  asuma en todo momento el cuidado de los pequeños.

9. No fomentar la competitividad entre hermanos.

Si queréis profundizar más en el tema, encontraréis más información en el libro de Adele Faber "¡Jo, siempre él!.


Un saludo